Illanya Abancay

Ubicado a 9 kilómetros de la ciudad de Abancay, en la margen derecha del gran río Pachacha, se encuentra el centro poblado de Señor Justo de Illanya.

Historia de Illanya

La historia de Illanya cambió drásticamente después de la llegada de los invasores. Los valles de Abancay se destinaron principalmente a la siembra de caña de azúcar y otros árboles frutales.

La hacienda Illanya inició un largo proceso de prosperidad, que finalmente concluyó con la reforma agraria iniciada en 1969. Durante su auge, los productos derivados de la caña de azúcar, como la chancaca y el aguardiente de caña, fueron altamente demandados.

Personas de distintos pueblos, incluidos Antabamba, Chalhuanca y Andahuaylas, acudían a Illanya para obtener estos productos.  A lo largo del tiempo, la propiedad pasó por varias manos, desde Isabel Junco y Estrada en 1932 hasta don Antonio Araos, y luego a sus hijos en 1947, y Cirilo Trelles.  Actualmente, alberga una galería arqueológica del Instituto Nacional de Cultura.

Museo Arqueológico y Antropológico de Illanya

Fundado el 28 de abril de 1989, el museo acoge piezas principalmente donadas por el ingeniero Rainer Hostnig, provenientes de las provincias altas de Apurímac. Este museo ha sido reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación, bajo la ley número 28296 R.M. 928-80-ED.

Festividad al Señor Justo Juez de Illanya

Anualmente, cada 05 de abril durante la Semana Santa, se celebra una festividad que atrae a numerosos feligreses de varias partes de la provincia, especialmente de Abancay. Después de la misa, una multitud de creyentes, junto al milagroso Señor Justo de Illanya, protagonizan una procesión devota por las calles del pueblo. Como es tradición, los cargontes ofrecen a los participantes comidas típicas de la localidad, fomentando un sentido de comunidad y compartiendo las ricas tradiciones culinarias de la región.

illanya abancay

Lo que más llama la atención es su forma única. Está construida alrededor de un patio central, donde destaca una gran palmera. Alrededor de este patio, verás dos pisos con elegantes balcones de madera pintados de blanco. Estos balcones recorren todo el edificio, dándole un aire acogedor y señorial.

El patio central tiene un camino que lo rodea, perfecto para pasear y admirar la arquitectura. Frente al edificio, hay una pequeña plaza con escalones que invitan a entrar.

La hacienda está rodeada de un jardín verde y exuberante, con árboles y plantas que le dan un toque de frescura. Al fondo, puedes ver las montañas verdes que abrazan el lugar, creando un paisaje espectacular.

Este lugar no es solo bonito por fuera. Dentro, guarda una historia fascinante. Aunque ya no es una casa privada, ahora puedes visitarla como museo y descubrir los secretos y tesoros que esconde.

La Casa Hacienda Illanya es como una ventana al pasado, donde puedes imaginar cómo era la vida en una elegante hacienda peruana hace más de 150 años. Es un lugar perfecto para los amantes de la historia, la arquitectura y la belleza natural.

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