El mirador natural de Capitán Rumi está situado en el departamento de Apurímac distrito Curahuasi a 15 kilómetros de la ciudad de Curahuasi a una altitud de 3200 metros sobre el nivel del mar, formado por varias docenas de piedras que están alineadas en varios kilómetros llegando hasta Curahuasi, destacando la piedra mayor o Capitán Rumi que posee su peso aproximado de 120 toneladas; un mirador natural desde donde se tiene una vista privilegiada del cañón de Apurímac conocido como el más profundo, asimismo del nevado Salkantay.
Capitán Rumi, en Curahuasi, es un tesoro escondido del sur del Perú que cautiva a todos sus visitantes. Este sitio turístico se encuentra a solo 3.5 kilómetros de la localidad de Curahuasi, un corto trayecto que te lleva a un mirador espectacular. Desde aquí, podrás contemplar paisajes impresionantes que revelan la majestuosidad de los Andes y la imponente presencia del nevado Salkantay, que se alza majestuosamente en el horizonte.
Capitán Rumi no solo ofrece vistas panorámicas que quitan el aliento, sino que también es un punto de partida para explorar la rica biodiversidad de la región. Entre sus atractivos naturales se encuentran especies de flora autóctona como los árboles de queuña y pati, y la emblemática flor de amancay, símbolo de belleza y resistencia. Además, es posible avistar aves como el cóndor, que sobrevuela el cañón en busca de corrientes ascendentes, proporcionando un espectáculo único para los amantes de la naturaleza.
Para los aventureros, Capitán Rumi también es el lugar perfecto para iniciarse en emocionantes actividades como el senderismo y el trekking. Sus caminos serpentean entre paisajes montañosos y vistas panorámicas que invitan a explorar cada rincón de esta tierra de leyendas y tradiciones. Descubre la magia de Capitán Rumi en Curahuasi y déjate inspirar por la grandiosidad de la naturaleza peruana en todo su esplendor.
Como llegar a Capitán Rumi
- Abancay Curahuasi 73 km 1,30 en auto
- Curahuasi-Capitán Rumi 5 km 10 minutos en auto
Leyenda de Capitán Rumi
Según la tradición oral los incas tenían el poder de dominar a las piedras a su antojo incluyendo lo imposible que es hoy en dia, el de mover grandes bloques de piedra. En este mito se demostraría el poder de los incas sobre la piedras; fue así que nuestros antepasados decidieron construir una obra importante para lo cual necesitaban grandes bloques de piedra, debido a la poca existencia de materia prima en el lugar de la obra se optó por traer de sitios distantes.
El Inca en su intento de hacer llegar las piedras hacia la obra tomó la drástica medida de mandar a las piedras bajo la amenaza de echarles zurriago de waraca si no lograban avanzar rápidamente, estaban tan apurados que una de las piedras fue arrancado del valle junto con una planta de nombre chamán (planta usado en rituales sagrados en los andes del Perú) el batallón de piedras estaba comandada por una piedra gigante que precisamente llevaba de señal a la planta, esta piedra estaba acompañado de una docenas de rocas más pequeñas que le seguían los pasos al capitán
El desenlace de este mito termina con el fallido intento de hacer llegar las piedras a la obra, quedando asentado para siempre al borde del cañón de Apurímac; debido a que antes que termine el viaje les cayó la madrugada a todo el escuadrón de rocas.