Plaza de Armas de abancay

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Ubicación y Características:

La Plaza de Armas de Abancay se encuentra estratégicamente situada entre los Jr. Lima y Jr. Puno, a una altitud de 2350 metros sobre el nivel del mar. Para los visitantes que buscan orientarse, el punto de referencia clave es el cruce de la Avenida Mariño y el Jr. Lima. Esta ubicación central no solo facilita el acceso, sino que también posiciona la plaza como el epicentro de la vida social y cultural de la ciudad.

En el corazón de la plaza, se aprecia una iglesia de estilo colonial con una cúpula distintiva, aunque es importante notar que esta no es la famosa Iglesia Señor de la Caída, que se encuentra en otro sector de la ciudad. La plaza está bellamente ajardinada, con caminos pavimentados, bancos y farolas ornamentales que invitan al paseo y la contemplación. Una fuente o monumento en el centro añade un toque de elegancia, rodeada de áreas verdes meticulosamente cuidadas.

Las 7 palmeras

Uno de los aspectos más fascinantes de la plaza son sus siete palmeras, que no están allí por mera decoración. Cada una representa una de las siete provincias de Apurímac, simbolizando la unidad y diversidad de la región. Estas palmeras fueron introducidas en 1914 desde la hacienda Illanya, bajo la iniciativa del entonces alcalde Luis Paz, marcando el inicio de una transformación estética y simbólica del espacio.

Además de las palmeras, la plaza alberga un árbol de Intimpa, una especie única y protegida que crece en el cercano Santuario Nacional de Ampay. La presencia de este árbol en la plaza es un recordatorio viviente de la rica biodiversidad de la región y del compromiso de Abancay con la conservación de su patrimonio natural.

El paisaje circundante es impresionante, con colinas verdes y montañas que se elevan en el fondo, parcialmente cubiertas por nubes bajas, ilustrando la ubicación privilegiada de Abancay en un valle andino. Esta vegetación tropical abundante, con las grandes palmeras enmarcando la escena y otras plantas ornamentales adornando la plaza, crea un contraste maravilloso con el cielo azul y las nubes blancas.

Historia y Evolución

La historia de Abancay y su Plaza de Armas es tan rica como variada. La ciudad fue oficialmente fundada el 28 de abril de 1873, aunque su historia se remonta mucho más atrás. La plaza misma ha sido testigo de una fascinante evolución: originalmente fue un cementerio, luego se transformó en una plaza de toros durante la época republicana, y finalmente se convirtió en el centro cívico y social que vemos hoy.

Esta transformación refleja la historia más amplia de Abancay, una ciudad que ha crecido y cambiado con el tiempo, pero que siempre ha mantenido su conexión con sus raíces andinas y su entorno natural.

Vida Cultural y Social: La Plaza de Armas no es solo un espacio físico, sino el corazón social y cultural de Abancay. Es un lugar donde los locales se reúnen, donde se celebran eventos cívicos y religiosos, y donde los visitantes pueden sumergirse en la vida cotidiana de la ciudad. Las personas que se ven paseando y disfrutando de la plaza en la imagen son un testimonio de su importancia como punto de encuentro y socialización.

Abancay en la Literatura

La ciudad y su plaza han dejado huella incluso en la literatura peruana. José María Arguedas, en su célebre novela «Los Ríos Profundos» de 1958, ofreció una descripción poética de Abancay. Pintó una imagen de la ciudad rodeada por las tierras de la hacienda Patibamba, con el parque de Patibamba superando en tamaño y cuidado a la propia Plaza de Armas. Arguedas describió cómo, desde la Plaza hacia el río, la ciudad se desvanecía en campos baldíos, creando un paisaje donde los jóvenes del colegio disfrutaban de sus juegos y luchas simbólicas.

Más Allá de la Plaza: Aunque la Plaza de Armas es el centro neurálgico, Abancay tiene mucho más que ofrecer. En uno de los lados de la ciudad, se erige majestuosa la Iglesia Señor de la Caída, ocupando todo un costado hacia el río Mariño. Su entrada principal se orienta hacia el Jr. Lima, rompiendo con la tradición que comúnmente dirige las iglesias hacia la Plaza de Armas. Este lugar sagrado es otro punto de interés que contribuye a la rica experiencia de quienes exploran Abancay.

Cerro Quisapata

El cerro Quizapata es reconocido como uno de los miradores naturales más impresionantes de la zona. Desde su cima, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica que abarca todo el valle de Abancay, ofreciendo una perspectiva única de la ciudad y sus alrededores.

Más allá de la vista inmediata del valle, el mirador de Quizapata permite apreciar dos elementos geográficos de gran importancia para la región:

  1. El Santuario Nacional de Ampay: Este área protegida, hogar del árbol de Intimpa que mencionamos antes en la plaza, se puede observar desde el mirador. El santuario es un tesoro de biodiversidad y un símbolo de la riqueza natural de Apurímac.
  2. El Valle del Pachachaca: Este valle, formado por el río Pachachaca, es una maravilla geológica y un importante corredor ecológico. Desde Quizapata, se puede apreciar la magnitud de este valle y entender mejor la geografía que ha moldeado la historia y el desarrollo de Abancay.

La presencia del cerro Quizapata en la fotografía no solo añade profundidad visual a la escena, sino que también sirve como un recordatorio constante de la conexión íntima entre la ciudad y su entorno natural. Para los habitantes de Abancay, el cerro es más que un accidente geográfico; es un símbolo de su hogar, un guardián silencioso que observa el devenir de la vida en el valle.

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