Cerro waqoto

Contexto Geográfico

El Cerro Waqoto se erige majestuosamente en la provincia de Grau, departamento de Apurímac, en las jurisdicciones  del pueblo de Lliccchivilca, específicamente en el distrito Mariscal Gamarra. Con una altitud de 4950 metros sobre el nivel del mar, este imponente monte no solo domina el paisaje, sino que también está impregnado de vínculos mitológicos con los apus, seres espirituales de gran importancia en la región.

Al caminar por los senderos que rodean el cerro, los aventureros pueden dejar volar su imaginación, visualizando la contienda celestial que realizaron los dioses, que supuestamente dio forma al paisaje. La abertura en uno de los lados del Cerro Waqoto, según la leyenda, no es una simple formación geológica, sino la cicatriz dejada por el enfrentamiento entre Saurikalla y Waqoto.

Para los entusiastas del turismo cultural, esta leyenda ofrece una oportunidad única de conectar con las raíces mitológicas de la región de Apurímac. La mejor manera de realizar excursiones tiene que ser guiadas, donde los lugareños compartan más detalles sobre la historia, señalando lugares específicos que se cree están relacionados con los eventos de la leyenda.

Para aquellos que buscan una experiencia más intensa, se podrían organizar campamentos nocturnos cerca del cerro. Imaginen contemplar las estrellas en el mismo lugar donde, según la leyenda, los dioses libraron su batalla, con el imponente perfil del Waqoto recortado contra el cielo nocturno.

Esta leyenda no solo enriquece la experiencia de visitar el Cerro Waqoto, sino que también ofrece una ventana a la rica tradición oral y las creencias ancestrales de los Andes. Invita a los viajeros a ver más allá de la belleza física del paisaje y a sumergirse en el mundo mágico y mitológico que ha dado forma a la cultura de la región durante generaciones.

Leyenda de Saurikalla y Waqoto

En las oscuras noches andinas, los dioses Saurikalla y Waqoto se encuentran en una trascendental reunión con la hija de una diosa llamada Chamanpaya. Esta doncella, de ojos ahumados, piel clara y cabello largo, desafía a los dioses a conquistar su corazón mediante una contienda bélica. La lucha, que inicia a medianoche, crece de manera descomunal, resonando a lo largo de kilómetros y dejando un rastro destructivo por donde pasa.

A medida que avanzan hacia Cusco y las cercanías de Chumbivilcas, Saurikalla y Waqoto desatan su poder, arrojando piedras colosales y seres vivos como caballos y toros. A pesar de la magnitud de la batalla, la llegada del amanecer no detiene el enfrentamiento. Con los primeros rayos del sol, estas deidades quedan petrificadas: Waqoto en el lado este y Saurikalla en el oeste, mientras que la hija de la diosa permanece en el centro.

La leyenda perdura en la actualidad, materializada en el perfil distintivo del Cerro Waqoto, con una abertura en uno de sus lados. Se cree que esta hendidura es el resultado tangible de la feroz lucha con Saurikalla, una cicatriz eterna que revela la intensidad de la épica contienda de los dioses. Así, el Cerro Waqoto no solo se erige como una majestuosa formación geográfica, sino como un monumento vivo que narra la historia de una batalla celestial que dejó su marca indeleble en la tierra de Apurímac.

cerro waqoto
Cerro waqoto foto de: Gustavo Vega Camero

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