Cerro Suparaura

Ubicación de Apu Suparaura

El nevado de Suparaura se sitúa en la provincia de Aymaraes distrito  de Justo Apu Sahuaraura, departamento de Apurímac.

Cerro Suparaura tiene una elevación de 5,029 en sus alrededores alberga muchas lagunas y  estas a su vez están rodeados de bosques de queñuales, en las tres vertientes que cuenta el nevado hay un total de 30 lagunas de diferentes tamaños y algunos rodeados de bosque de queñuales, un listado de algunas de las lagunas más importantes que se originan de las montaña del cerro Suparaura.

cerro suparaura
    • Laguna de Sopoccocha, ubicado en la vertiente del distrito de Tapayrihua
    • Laguna Anantay, ubicado en la vertiente del río Quisñahue
    • Laguna Chaupe, situado en la vertiente del río Quisñahue
    • Laguna Allpaccocha, situado en la vertiente del distrito de Tapayrihua

Laguna de Sopoccocha

Se ubica cerca al  apu Suparaura,en la vertiente del lado este;  donde se ubica la comunidad de Tapayrihua. Las medidas de la laguna de Sopoccocha de ancho tiene 480 y de largo 460 y  una circunferencia de 1.70 kilómetros cuadrados.

Datos Históricos

Como primer dato histórico sobre el cerro Suparaura data de 1600 a pocos años de la llegada de los europeos. Guaman Poma lo registra como uno de los mayores ídolos de esta zona,  donde había un ídolo de importancia, debía de estar al lado  su respectivo Usno en donde se practicaba sacrificios, hasta había gente viviendo en las cercanías dedicadas exclusivamente a servir al ídolo.

El extirpador de idolatrías Cristóbal de Albornoz también nombra a Suparaura como una deidad importante de la provincia de Aymaraes, a la que se debía de destruir. Señala que en una ladera a un lado del cerro Suparaura se sitúa una piedra de nombre Aychu guaca, a donde acudían todos los pueblos cercanos a rendirle culto.

En 1956 un helicóptero de matrícula desconocida realiza vuelos durante una semana entera, se especula que el objetivo de los vuelos fueron extranjeros extraviados que nunca se encontró, versión de la población colindante de Parqo.

La historia reciente de Suparaura data de los inicios de los años noventa, por su estratégica y desolada ubicación Sendero Luminoso, MRTA establece como  guarida, allí pasaron muchos años sin que nadie se entere, hasta 1993 cuando el ejército peruano trata de llegar, pero no  lo logra, finalmente después de algunos meses sucede un enfrentamiento en donde mueren todos los terroristas con excepción de unos dos que lograron escapar. Todos los del bando perdedor nunca fueron enterrados fueron dejados al aire libre hasta desaparecer con el clima tempestuoso de la zona.

Antes de la existencia de la carretera por la quebrada del río Chalhuanca, existía un camino alternativo para la temporada de lluvia, para dar acceso hacia los valles del Pachachaca y a la ciudad de Abancay a los poblados situados en toda la cuenca antes mencionado. Este camino cruzaba por el lado sur del  nevado Suparaura, todavía se conserva restos del camino por el lado del río Ccesñahue, además está la cueva situado al sur de Suparaura, donde descansaban los arrieros transportando productos del valle de Pachachaca.

Hasta antes de 1950 las personas conocedoras de los parajes de Suparaura acudían a echar lazo a los toros bravos que escondía el gran apu.  Sobre la procedencia del ganado no hay una respuesta clara, existe más bien suposiciones, lo cierto es que en esta zona hubo mucho ganado sin dueño que se escondían como vicuñas de los forasteros que visitaban la zona.

De  los aventureros que se enfrentaban a las dificultades del clima y a la difícil geografía nace algunos mitos, vamos a enumerar algunos, por que contarlos sería largo y no los quiero aburrir

    • Desaparición de personas sin dejar huella ni rastro
    • Muerte de caballos en las que iban ensillados
  • Personas encantadas o atrapadas en algún risco que nunca lograron salvarse

Existen  también mitos muy antiguos que no son de la época reciente como los nombrados en la parte de arriba, son mitos ancestrales  que se transmite a través de la narración verbal que en su mayoría están relacionados con los apus colindantes o situados a muchos kilómetros de distancia como Supayco.

    • Suparaura y tayta Huashuaccahua
    • Qori toro o Q’ori toro de Suparaura
    • Supayco y Suparaura

Cómo llegar a Suparaura

Desde la ciudad de Abancay hacia Casinchihua 45 km vía asfalfaltada

Casinchihua hasta Suparaura 40 kilómetros aproximado carretera afirmada

Actualmente una mina hace uso de la vía por donde se accede al nevado Suparaura, el vehículo te deja a minutos de algunas alguna, pero no del pico más alto. Sin embargo desde la carretera es bastante más accesible escalar hacia el nevado.

Los meses recomendables para visitar Suparaura es de abril hasta Noviembre. te sugiero que visites acompañado de alguien que conoce el lugar, claro si vas a escalar o recorrer la otras lagunas que están más lejos o explorar sus bosque de queñuales.

Supayco y sus amores con la hija de Suparaura (mito)

Apu Supayco, una de los moles andinas de mayor jerarquía en la punas de Huaquirca y Sabaino, dueño y señor de las abundantes alpacas de la región, personificado en un supuesto y elegante joven, enamorado como estaba de Qolq´eña la deslumbrante hija de Suparaura, con quien estaban correspondidos en amores, se movilizó hacia la medía de clara luna, seguido de un  inmenso séquito de súbditos llevando como obsequio todo lo bueno y lo mejor en joyas y alimento de lo que era capaz de poseer, con el fin de pedir de su futura consorte.

Apu Suparaura, otro de lo colosos que se yerguen desafiantes en aquel ámbito andino, cuya significativa importancia radica en ser amo y señor de la exuberante ganadería vacuna, estaba por acceder la mano a favor  del pretendiente, cuando sabedor de ello surge la apuesta figura de Qero, amigo de Suparaura, quien lo  hizo ver las ventajas de que su hija se case con él convencido de tal razonamiento, Suparaura  se hará con el nuevo pretendiente de su hija, ambos movilizan sus huestes para luchar contra el conquistador,  con todo el poderío bélico de que disponían, ayudados por la espléndida luz de un plenilunio extraordinario.

El choque bélico entre ambas fuerzas fue inevitable, produciéndose por consiguiente la más espantosa batalla del que se tenga memoria en la región, en el inmensa pampa de Chillpaqa, cuya acción de armas duró  hasta cerca del  amanecer, resultando derrotadas las huestes de Supayco, cuyos sobrevivientes, en actitud de retirada, tuvieron que huir  hacia sus aposentos, dejando muertos y heridos en el escenario de lucha. Dícese que lo despojos humanos de aquella feroz batalla, para el amanecer, se habían convertido en piedras, las cuales aún pueden verse hoy en las esteparias pampas de Chillpaqa

De esta manera quedó truncada, para siempre, la pretensión de supayco de querer ejercer poderío hegemónico en la región, produciéndose, en cambio, al poco tiempo, la colosal boda de y el valiente Qero, cuya alianza sempiterna constituye la felicidad de los wamanis de la región (artículo de Antonio Centeno Zela)

 

Toribio Puma en Suparaura

Había una vez un grupo de aficionados que decidieron aventurarse en busca de ganado bravo en el imponente cerro Suparaura. Ansiosos por la emoción y la adrenalina, se adentraron en aquel lugar desconocido con la esperanza de encontrar ganados bravos.

Una vez llegaron a Suparaura, el grupo se separó para abarcar más terreno y comenzar la búsqueda del ganado. Sin embargo, se encontraron con un desafío inesperado. El denso bosque de queñuales y una nube espesa les impedían ver claramente su entorno. A pesar de la dificultad, persistieron en su cometido.

Al acercarse el mediodía, decidieron reunirse nuevamente para contabilizar el ganado capturado. Sin embargo, un miembro del grupo no se presentó. La preocupación se apoderó de ellos al percatarse de la ausencia de un compañero. Decidieron buscar a don Toribio, y después de un tiempo, escucharon los ladridos de su perro,  en una de las faldas del cerro. Sorprendidos, se preguntaban cómo había llegado el fiel animal a un lugar tan peligroso.

Lamentablemente, el perro nunca regresó. Parecía que la montaña se lo había tragado, dejando un sentimiento de desasosiego en el grupo. Continuaron su búsqueda hasta que, por la tarde, encontraron a don Toribio sentado, aferrándose a su caballo. Su cuerpo temblaba y no pronunciaba ni una sola palabra. Era evidente que algo terrible había sucedido.

Preocupados por la salud de Toribio, lo llevaron a un lugar más seguro, pero desafortunadamente, su caballo falleció, emanando sangre en un triste final. El estado de Toribio empeoraba con el paso del tiempo. A medida que avanzaban, el grupo se encontraba en un estado de desconcierto y desesperación.

Finalmente, llegaron a una cueva de nombre Sayaq Mach’ay donde buscaron refugio. Allí, realizaron libaciones y ofrendas al Cerro Suparaura, rogando por la mejora de Toribio. Sin embargo, todos sus esfuerzos fueron en vano. La situación se volvía más sombría, y las voces que murmuraban decían que era el castigo de la montaña.

Dentro de la cueva, apoyaron a Toribio sobre una piedra, pero lamentablemente, allí perdió la vida sin poder pronunciar una sola palabra. La tristeza invadió al grupo de aficionados mientras se preguntaban sobre los misterios y las fuerzas que el imponente cerro Suparaura escondía en su interior

(Suparaura 1952)

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