Bosque nativo de Chinchay bicado en el departamento de Apurímac, el Bosque Andino de Chinchay Andahuaylas se erige como un tesoro natural y cultural, rivalizando con destinos turísticos como el Santuario Nacional del Ampay. Este rincón de conservación, entre las provincias de Andahuaylas y Abancay, abarca altitudes que oscilan entre 2.500 y 4.000 msnm, ofreciendo más de 20.000 hectáreas de diversidad ecológica.
Ecosistemas y Vida Silvestre
El bosque alberga una amalgama de ecosistemas, desde bosques de montaña hasta praderas andinas, bosques de niebla y áreas de páramo. Designada reserva de la biosfera por el gobierno peruano en 2004, esta área protegida resguarda una impresionante variedad de vida silvestre. Entre los habitantes notables se encuentran el oso de anteojos, la chinchilla, el tigrillo, el venado de los Andes, el jaguar y el puma, así como una rica diversidad de aves, anfibios y reptiles.
Datos de Interés
Bosque de Chinchay tiene una extensión de 1,165,542 hectáreas y altitudes que van desde 1300 hasta 3800 m.s.n.m, el Bosque Andino de Chinchay se caracteriza por un clima lluvioso, frío y húmedo. Su ubicación estratégica en el distrito de Pacobamba, a 13.5 kilómetros del pueblo homónimo, le confiere una posición privilegiada en la microcuenca del cañón de Pachachaca.
Flora y Fauna
Entre las especies emblemáticas, se destacan el puma, el colibrí, la lechuza tropical, la zarigüeya andina de orejas blancas, y el oso andino, por mencionar solo algunos. El bosque también es hogar de una amplia variedad de orquídeas, como Maxillaria sp, Neodryas sp, Oncidium retusum y otras especies.
Eco Maratón
Para fomentar la conservación, el bosque acoge el Eco Maratón en septiembre, organizado por la Municipalidad Distrital de Pacobamba. Este evento deportivo atraviesa el bosque nativo y culmina en Rumi Cruz, ubicado en la zona alta del bosque, donde la población rinde culto a la Pachamama y celebra la ceremonia de la Tinka, un vínculo espiritual entre el hombre y la naturaleza.
En resumen, el Bosque Andino de Chinchay no solo resguarda la biodiversidad, sino que también se erige como un testigo de eventos culturales y deportivos que fortalecen la conexión entre la comunidad y su entorno natural.